Más allá del tratamiento médico, la alimentación saludable y la actividad física regular son los dos hábitos más importantes que se deben incorporar al estilo de vida para controlar la diabetes tipo 2.
Una dieta saludable y una vida activa son indispensables para el cuidado del cuerpo y la mente, al convivir con una enfermedad crónica de estas características.
Por lo tanto, a partir del momento en que recibimos el diagnóstico es importante mentalizarse en los ajustes y cambios a incorporar en la rutina cotidiana para mejorar nuestra calidad de vida.
La actividad física regular favorece el control de los niveles de azúcar en sangre, ayuda a perder o mantener un peso corporal saludable y preservar la salud física y mental.
En este artículo te invitamos a “Poner Play” al ejercicio a diario para mejorar tu calidad de vida y reducir los riesgos asociados a esta enfermedad.
¿Por qué la actividad física ayuda a controlar la diabetes tipo 2?
En líneas generales, realizar actividad física de forma regular tiene efectos positivos sobre la vida de todas las personas. Sin embargo, en el caso de la diabetes tipo 2 el ejercicio impacta de forma directa sobre los niveles de glucosa en sangre; así, cuanto más tiempo se ejercite se obtendrán cifras más bajas de la cantidad de azúcar en sangre.
En consecuencia, para las personas con diabetes tipo 2 se suele recomendar una combinación de ejercicios aeróbicos como caminar, andar en bicicleta o nadar, con 2 o 3 sesiones semanales de ejercicios de fuerza utilizando pesas, máquinas o cintas elásticas.
La combinación de ambos tipos de ejercicios demostró ser efectiva para el control de la diabetes tipo 2, pero también ayuda a reducir el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular y reduce la mortalidad.
¿Por dónde empezar? Pequeños cambios hacen la diferencia
Para “Poner Play” e incorporar la actividad física a tu estilo de vida lo más importante es la constancia: el objetivo es mantenerse activo. Por lo tanto, hay que tener en mente que si se lleva una vida totalmente sedentaria incluso los pequeños cambios pueden hacer la diferencia.
Así, en caso de que no se haya estado activo por mucho tiempo, basta con comenzar por hacer 10 minutos de ejercicio aeróbico al día durante la primera semana e ir aumentando el tiempo de la rutina de ejercicios en las semanas subsiguientes.
Es posible empezar con una caminata ágil al día, una vuelta en bicicleta o subir y bajar las escaleras de casa, la oficina o el edificio.
Actividades de bajo impacto
Una vez que se haya entrado en ritmo, estas son algunas de las actividades de bajo impacto que se podrán incorporar a la actividad física semanal:
- Actividades de estiramiento y equilibrio, como pilates y yoga, aumentan la flexibilidad corporal y la fuerza, por lo que constituyen una buena preparación para realizar otras actividades, como la natación.
- Disciplinas como el tai chi y otras artes marciales permiten desarrollar la fuerza de la parte superior del cuerpo, reducen la rigidez y combinan la actividad física con la concentración mental.
- La danza también es una actividad aeróbica: aumenta la frecuencia cardíaca, quema calorías y grasas, y preserva la salud cardiovascular.
- Caminar o practicar senderismo también es una buena manera de ejercitarse mientras se comparte tiempo en pareja, con amigos o en familia.
- La natación es una actividad suave para las articulaciones y permite ejercitar todos los músculos principales del cuerpo.
- Hacer ejercicios de fuerza con pesas pequeñas (1 o 2 kilos para comenzar) permite desarrollar fuerza y ayuda a bajar de peso. Sin embargo, la incorporación de estas actividades a la rutina de actividad física debe ser supervisada por un profesional.
Independientemente del ejercicio que se elija, lo importante es “Poner Play” e incorporar tanto movimiento como sea posible; optar por caminar en lugar de ir en auto, subir por las escaleras en vez de usar el ascensor y aprovechar cada momento para estar más activo.
Así y todo, lo más importante es consultar con tu médico antes de comenzar cualquier actividad física.
Los mejores ejercicios para personas con diabetes tipo 2
Muchas veces nos encontramos frente a esta pregunta: ¿cuáles son los mejores ejercicios para personas con diabetes tipo 2?
La respuesta es muy simple y no esconde misterio alguno: la mejor actividad física es aquella que más se adapte a los gustos y la disponibilidad de cada uno, ya que solo eso asegurará que se pueda mantener a lo largo del tiempo y volverse parte de nuestra rutina cotidiana.
Sin embargo, es sumamente importante conocer el efecto que tiene sobre nuestro organismo cada tipo de actividad. Por su parte, los ejercicios aeróbicos de larga duración -como nadar, correr o andar en bicicleta- son los que suelen tener un mayor efecto hipoglucemiante; es decir, son los que más disminuyen los niveles de azúcar en sangre.
En cambio, los ejercicios de fuerza como pesas, máquinas o artes marciales, tienen un menor efecto hipoglucemiante. Por lo tanto, lo más atinado será optar por ejercicios aeróbicos y complementarlos con algunas sesiones semanales de ejercicios de fuerza.